martes, 3 de noviembre de 2015

Terapia Familiar Sistémica con Niños y Adolescentes

El presente capítulo está diseñado como guía y orientación en el entrenamiento e implementación del trabajo terapéutico con niños desde una orientación sistémica; dejando siempre espacio y flexibilidad para la expresión de la propia creatividad. Relacionarnos con los demás forma parte de nuestras vidas, por lo que inevitablemente influye directamente en nuestra salud, sentimientos, conducta, y formas de comunicación (Satir, V., 2006). Al trabajar con niños estamos interviniendo directa e indirectamente con todos los representantes del sistema familiar, con sus emociones, creencias, mitos, legados familiares, esquemas vitales... Por ello, el trabajo paralelo y conjunto con el sistema familiar es fundamental, de tal manera, que los cambios que vayan sucediendo debemos procurar que encajen y sean respetados en el sistema al que pertenece. El niño debe tener una sensación de pertenencia, para así sentirse seguro en la familia y, con ello, en la vida. Desde la Terapia Familiar con Niños y Adolescentes en muchos casos nos vemos obligados a hacer terapia de pareja, con hermanos, individual con uno de los progenitores, y en los últimos tiempos es frecuente encontrarnos trabajando con otros miembros del sistema, como pueden ser, la cuidadora, la pareja del padre/madre que convive con el menor, o los abuelos. Igualmente, hay otros sistemas que afectan a nuestros niños y que también debemos tener en cuenta. Estos son, el sistema escolar, sanitario, los Servicios Sociales, la familia extensa, la comunidad de vecinos, y por supuesto, el sistema político. Igualmente, al encontrarnos en tiempos de crisis económica es inevitable que ésta afecte en la disciplina de la terapia familiar. Esta situación se está viendo afectada tanto en el ámbito privado como en el público, a través de los recortes de presupuestos en el área de los servicios públicos. Por lo que nuestra profesión se está viendo gravemente dañada como consecuencia de estos acontecimientos socio-económicos. Los niños, desde su riqueza interior, suelen utilizar diferentes canales para comunicarse, por lo que es importante no hacer uso exclusivo de canales verbales en la interacción con ellos. Los dibujos, juegos, el uso de la imaginación y de la fantasía pueden ser útiles para permitir a los niños comunicar sus ideas, emociones o pensamientos. A continuación se exponen teorías, modelos y métodos de trabajo adaptados a diferentes etapas de desarrollo del niño. Como cualquier terapia centrada en los aspectos relacionales, la Terapia Familiar Sistémica no sigue una metodología rígida y predeterminada de tratamiento, ni un patrón único de intervención, ya que se trata de una orientación abierta a introducir cambios, y flexible en su desarrollo, respetando en todo momento los aspectos éticos y deontológicos de la práctica clínica. “El arte de la terapia de familia consiste en entrar en coparticipación con la familia, experimentar la realidad como lo vivencian sus miembros, envolverse en las interacciones que forman la estructura familiar, y plasman el pensamiento y conducta de cada uno de las personas.” (Minuchin, 2004, p.15) El profesional debe asegurarse de que su práctica esté enmarcada en el ámbito terapéutico teniendo en cuenta las características y ciclo evolutivo del niño y/o adolescente, evitando exponer al menor a riesgos o situaciones que pudieran ser perjudiciales para éste. Por ello, es fundamental ofrecer al niño un espacio de seguridad, respeto y confianza, entendiendo que nuestra labor como terapeutas requiere, no sólo de una base teórico-práctica, sino de implicación ética a lo largo de todo el proceso terapéutico, de afecto, y de un espíritu de entusiasmo e ilusión. Mercedes Bermejo Boixareu Directora Psicólogos Pozuelo Experta en Psicodiagnóstico, Infantojuvenil y Familia